PERIPECIA DE LA FIGURA

La segunda concentración de aciertos de esta pintura se encuentra en la diversidad y en la armonía con las que se lleva a cabo un género ampliamente difundido: la figura. Rehuyendo lo adverbial y lo anecdótico, planteándose desde firme categorías estéticas y humanas, esta pintura nos ofrece toda una larga definición de los sentimientos esenciales del ser humano, de su calidad y de su desaliento, de su júbilo y sosiego.
La figura vive su pequeña aventura, establece una singular peripecia en la que nos transmite todos los configurantes de una humanidad viviendo en el regazo de una sociedad del desaliento.