SONETO

El ocio en Luis Cajal rejuvenece
antiguos ritos de color y forma.
Con todos los pedazos de la norma
nuevo paisaje de la tela crece.


Azul marina nueva se estremece
y en nueva creación vieja transforma,
-negro, amarillo- gigantesca horma
para sueños tan vastos él merece.


Cuando el Tiempo, que todo lo destruye,
ciegue sus ojos, por los cuales bebe
en claras fuentes una luz más pura.


Otra generación que joven fluye
ya que su cuerpo contempla lo debe,
por los siglos contemple su Pintura.

30 de agosto de 1950
Rubio Romero